2017/02/24

ORACIÓN

Madre mía que estas en la tierra,
que de barro y de arcilla me has hecho,
necesito el calor de tu pecho,
vengo herida de amor y de guerra.

Esta herida que sangra y no cierra,
déjame reposarla en tu lecho,
cúbreme con tu manto de helecho
sobre azul resplandor de la sierra.

Tuve un canto de amor, pero el cielo
se burlo una vez mas de mi anhelo
y me hizo caer de su altura.

Heme aquí, madre mía, en tu suelo,
derrotada, doliente e impura,
pero, al fin, tu carnal criatura.

Blanca Barojiana (4/marzo/2016)



RIMAS
       I
Llene el balcón de rosas florecidas
para ofrecértelas en primavera,
las aboné con mano cuidadosa
en la dulce alegría de la espera.

Hablaste tú con palabras de invierno,
las rosas se aterían de la pena:
las guardé en mi interior, como una madre
que intenta que sus hijas no se mueran.


      II

¿Por qué vuelves después de tanto tiempo
a buscar mi mirada?
La senda que una vez llevo al olvido,
no ha de ser desandada.

De aquel amor que un día rechazaste,
no puede quedar nada;
y si acaso algo queda, es exclusiva
propiedad de mi alma.



     III

No se cansó la rosa de esperarte
en mi balcón, erguida y silenciosa.
Llego el invierno cruel. Siguió esperando...
Decía la gente: ¡Oh, mira que rosa!

      IV

Te escribiré un poema cada día
para ponértelo bajo la almohada.
No los leerás, lo sé, porque en tu vida
no queda tiempo, ¡estás tan ocupada!

Mas si ese mundo al que ahora perteneces,
un día te dejara abandonada,
consuélate: no fue un tiempo perdido:
en todas tus ausencias, yo te amaba.


       V

Como yo te escribí, nadie te ha escrito;
como mentiste tú, nadie ha mentido.
Ese amor al que niegas la existencia,
¡yo sí que lo he vivido!

      VII

Dices que no te amo, que son todo ilusiones;
disculpas este amor, como locura vana.
Pero, mientras escucho tus mil y una razones,
sonríe tu mirada.

La ciencia de la psique dominas, y antepones
la razón sobre todo desvarío del alma.
Más tras tus argumentos y tus explicaciones,
sonríe tu mirada.

Ignoras que yo habito, mi amor, en las regiones
ocultas, inflamadas por esa eterna llama
que destila la vida en crisol de pasiones.
¿Lo sabe tu mirada?

      VIII

Amor, amor: quemante sol de estío,
lengua voraz de fuego incombustible;
amor, amor: dime cómo es posible
que, entre tus llamas, yo... muera de frío.



2007/05/27

Otro soneto a Blanca- Cris Longinotti


Y es por la magia de esta enredadera
que algunos llaman web o telaraña,
que supimos amar a gente extraña
como si compartieran medianera.

Gracias a ella es que pude verdadera
mostrarme, porque el rostro nos engaña
y a veces la visión se nos empaña
por creer que es de adentro lo de afuera.

Las palabras delatan lo más hondo
de nuestra intimidad: no hay barricada
que no atraviese un verso cristalino.

Tú eres lo que muestras; yo no escondo
nada de mí; que al fin no tengo nada,
porque me voy haciendo en el camino.

Cris

Soneto a Blanca- Cris Longinotti


Sencilla a tu pesar, pero erudita
de la literatura, ante tu ciencia
se descubre mi yo y te reverencia
con el placer de todo sibarita.

Tu arte es un regalo que me quita
de las penas el peso en mi conciencia
e insufla nueva vida a mi existencia
cuando mi corazón se debilita.

Verso de miel, epístola acertada
en tiempo y en lugar... no se fatiga
tu amistad cada vez que la convoco.

Ya sé que cuanto escriba y todo es nada
para darte las gracias, Blanca, amiga,
por ser y por quererme, que no es poco.

Cris

Para Blanca- Liliana Varela



Tras un velo de ignorancia casualista
El rostro escondes sin dejarte ver
Erudita de la magia y la alegría
Finges simplemente un "no saber"

Pero sabia en tu intelecto tu manejas
El arte de la gracia y la lisonja
Te mueves en el éter de las loas
Sin atisbo de endiosar tu fina estampa.

Eres grande como el sol que hoy alumbra
Gnosis pura , agua clara del vergel
Luna nueva que depura el viejo ciclo
Brisa fresca que impregna de placer


**Blanca querida: eso eres tu para mí.
Lili

Para Blanca- Jorge Luis Estrella



Blanca, Diosa de Diosas, Reina Blanca,
la que escribe los cuentos más calientes,
la que nos ha convertido en sus Sirvientes,
la que todas las penas nos arranca.

///

Con salvajes relinchos de potranca,
Reina de Diosas, gente entre las gentes,
como ola de mar en las rompientes,
renuevas toda agua que se estanca.

///

Tú, Blanca, Reina y Cris, la otra Diosa,
las dos Sacerdotizas de mi anhelo
que "colorean el alma de la rosa".

///

Las dos, en esta lista que es un cielo,
son luna, sol, estrella, cualquier cosa
que nos saque del negro desconsuelo.

///

Jorge Luis Estrella

2007/02/10

Brindemos

Alzo mi copa frente a ti: ¡Brindemos,
amigo que me nombras en mi ausencia!
El mejor vino traigo a tu presencia:
la lucha que libré. Y ahora: ¡Olvidemos!

Olvidemos, riamos y soñemos
que el pasado no importa, que apariencia
fue ganar o perder, y nuestra esencia
es tan sólo este instante que aprehendemos.

Burlémonos del tiempo y la memoria,
alegría y valor en la mirada.
¿El ayer, el mañana?: ¡Son escoria!

El hoy es el licor de la victoria
y el triunfo es junto a ti esta copa alzada
por la amistad: ¡Brindemos, camarada!

La Fuente

Tengo un poema que se me ha perdido.
No era arte ni ciencia, quizá un juego...
Un instante lo vi, mas pronto luego
se me ocultó en el mundo del olvido.

¡Qué perdida más tonta me ha acaecido!
Me quiero ya acordar, pero no llego...
No está en el subconsciente, no en el ego...
¿En qué neurona se me habrá escondido?

¡Cuán breve es todo sueño de la mente!
Si no se lo aprisiona con la norma,
si no se lo sujeta en tiempo y forma,

veloz huirá el pensar de nuestro lado.
Rebusco en mi cerebro inútilmente...
¿Alguno de vosotros lo ha encontrado?

Payaso

Ya no me amas. Y yo soy el payaso
que te provoca risas y alegrías,
tornando en carcajadas las tan frías
lágrimas maquilladas del fracaso.


Ya no me amas. Me dices que si acaso
erraste ayer, diciendo me querías,
me debo sonreir, que en esos días
te embromó en confusión mi alegre paso.


Me hablas de amistad y de pureza:
¡Qué alegre estoy! ¡Si así es como te quiero!
¡Ay, qué feliz me hace tu fortaleza!


Ríe conmigo, amor, ¡si yo te espero!
Mis risas guardarán de sinsabores
la tumba de tu amor, llena de flores.

2006/11/24

On the corner of the room/En el rincón de la habitación

On the corner of the room
... so stupid, so sad...
llueve tu ausencia sobre mi soledad,
killing my hope as soon
as a dying moonlight without light or Moon.
Missing you so much,
añorando tu olor sobre mi almohada
as a little child without her mother
... so sad, so alone...

Are you calling me on the phone?
Are you calling again from hell?
El teléfono insiste: ¡Cógelo, porque es él!
but now I'm alone, so alone with myself
and you should be, I know, with another poor girl
sleeping in your arms and believing in you.

El amor roto, y tú
jugando a la pasión y queriendo ganar.
I'll forget, I will do!
I will fight against love in this loneliness war!
Cause I'm sad, I'm so sad
and I'm feeling so bad
so destroyed, so sad,
so stupid, so mad,
that each one of my tears rolling down over me
se convierte en un grito lanzado contra ti,
en mar que me ha de dar la libertad.

Although I'm so alone
with this pain in my bones,
the silence in my brain,
while you are ringing and ringing my bell...

You can't come back again,
llamas tarde esta vez:
no te voy a escuchar:
You don't know it, but you're dead,
a fuerza de llorar
al fin te destruí
on the deepest corner of me.
****************************
En el rincón de la habitación,
... tan estúpida, tan sola...
llueve tu ausencia sobre mi soledad,
matando mi esperanza tan prontamente
como un muriente rayo de luna sin luz o sin luna.
Echándote tanto de menos,
añorando tu olor sobre mi almohada,
como una niña pequeña sin su madre,
... tan triste, tan sola...

¿Me estás llamando por teléfono?
¿Me estás llamando de nuevo desde el infierno?
El teléfono insiste: ¡Cógelo, porque es él!
Pero ahora estoy tan triste, tan triste conmigo misma
y tú estarás, lo sé, con otra pobre chica
durmiendo entre tus brazos y creyendo en ti.

El amor roto, y tú
jugando a la pasión y queriendo ganar.
¡Olvidaré! ¡Lo haré!
¡Lucharé contra el amor en esta guerra de la soledad!
Porque estoy triste, estoy tan triste,
y me siento tan mal,
tan destruída, tan triste,
tan estúpida, tan loca,
que cada una de mis lágrimas cayendo sobre mí
se convierte en un grito lanzado contra ti,
en un mar que me ha de dar la libertad.

Aunque estoy tan sola,
con este dolor en los huesos,
el silencio en mi cerebro,
mientras tú haces sonar y sonar el timbre...

No puedes regresar de nuevo.
Llamas tarde esta vez:
no te voy a escuchar:
Tú no lo sabes, pero has muerto,
a fuerza de llorar,
al fin te destruí
en el rincón más hondo de mí.

2006/11/17

Y a la eternidad le dije

Dedicado a mi amiga Amelie

- Caballo, caballo bayo, caballo,
¡quién te montara!
Y quién llevara a su grupa
como tú, lunas de plata.

Lunas de plata, de plata,
lejos por los olivares,
en olas de piel y acero.
Tus cascos naves de hierro.

Cascos que hollaran la tierra
y despertaran los muertos.
Estrellas fueran tus ojos,
furores del firmamento.

Estrellas de nuevos mundos,
estallidos de universos.
¡Y quién, como tú, corriera
aún más deprisa que el tiempo!


2006/11/15

Los tercetos encadenados y la Octava Real

Tristes y a fuerte rima encadenados
se hallaban los tercetos, meditando
por qué habían de verse así penados,

rimados unos a otros, arrastrando
en el arte mayor una cadena
de más de ocho eslabones resonando.

Pasaron al disgusto de la pena,
gritaron: ¡Fuera metro y consonancia,
viva en el verso la libertad plena!

Una Octava Real que oyó a distancia
el griterío y la enorme algarada
a ellos se fue y dijo con arrogancia:

- Por la autoridad que me ha sido dada
en el muy alto Reino de Poesía,
que no he de consentir sea violada
la cadena que os une, y a fe mía
que al punto os ha de hacer prosa mi espada
si no cesáis en vuestra algarabía.
Y os veréis añorar vuestra actual suerte
cuando a todos os dé pena de muerte.-

Los tercetos, en viendo así abortada
su soñada república de versos,
temerosos, no dijeron más nada.

En mayor pena quedaron inmersos,
soñando que existieran otras mentes,
en otros mundos, otros universos,

que no se alimentaran de inocentes
ni para su existencia precisaran
inventarse sus propios delincuentes.